ESTIMADO IGNACIO:
Indudablemente, como "hombre de la democracia" que no tan sólo he bregado por ella, sino que además he puesto en riesgo mi vida en su defensa y vigencia (aunque a muchos les cueste aceptar, vengo de una generación donde en cientos de oportunidades nos entregamos sin retaceos a la defensa de una democracia ensuciada y ensangrentada por la Dictadura más lamentable de nuestra historia), menos puedo aceptar y convalidar actos como el de ayer, mediante el cual se interrumpió todo diálogo y discusión, además de ignorarse de quienes éramos los que estaban cuestionando la tan lamentable gestión que, hasta hoy, se encuentra al frente a nuestro Colegio. Tampoco puede un "joven imberbe"( cuyo título aún no debe haber juntado el "polvo" de años de experiencia y trabajo profesional) levantar la mano para aprobar, sin mayor trámite y sin demasiado entendimiento de lo que se estaba tratando: un informe de gestión que iba en contra de los intereses de todos los colegiados, en razón de que existe un grave riesgo económico-financiero que compromete seriamente el futuro de la institución (el "número" no otorga validez, derechos ni garantías respecto de la corrección de lo actuado, solo pone en evidencia claras intenciones facciosas de manejar discrecionalmente el interés general).
Frente a esta situación, que nada tiene que ver con el respeto que debe tenerse hacia quienes pedimos explicaciones sobre lo actuado y lesiona nuestros derechos a ser debidamente informados y a recibir una justa y equilibrada fundamentación, menos puedes sugerir de que debería haberme quedado a aportar mis capacidades a quienes están cerrados al diálogo, a la comprensión y el entendimiento, al disenso como forma democrática de oponerse al pensamiento único (característica que describe a quienes pretenden ejercer el poder en forma totalitaria) y que, además les interesa poco y nada lo que uno pueda aportar en beneficio de todos. Ayer, desgraciadamente sólo estuvo presente la obsecuencia, la ignorancia y la mediocridad. Por otra parte (y así te lo impuse oportunamente), el día Lunes en nuestro encuentro te comenté que recién antes de llegar a la Ciudad de Córdoba, alcancé a ver que había llegado un mail en el cual distinguí que contenía algún elemento respecto de la reforma de Estatutos, de modo que mal pude advertirte respecto a mi posición sobre un contenido que ignoraba sus alcances y objetivos (más allá que critiqué la total falta de comunicaciones en tiempo y forma). Indudablemente que ayer disponía de un conocimiento acabado sobre estos temas y además ya tenía una postura firme y justificada sobre todo, pero no puedo prestarme al nefasto juego de quienes no desean nada más que imponer su diminuto punto de vista. Siguen anteponiendo el interés particular al general (les falta estudiarse correctamente nuestro Código de Ética, entre otras cosas). Lamentablemente quienes tengan la responsabilidad de hacerse cargo de este ente, deberán enfrentarse con graves inconvenientes.
Desde ya, no puedo acordar con tu posición de que esto es facultad del Directorio. Toda la jurisprudencia está contra este criterio y además la Ley 9445 se encarga de eliminar toda duda al respecto. No podemos interpretar la norma de acuerdo a las conveniencias y oportunidades de una coyuntura determinada, más aún cuando se atenta contra garantías constitucionales.La Asamblea no esta por encima del orden instituido constitucionalmente.
Otra de las cuestiones que encuentro en tu posición, es que te han contagiado el personalismo. En ningún momento puse en duda posición alguna ni he juzgado a funcionario de ese colegio. No es una cuestión personal. Me encuentro muy distante de ese tipo de planteos y enfrentamientos. Tengo demasiado bien en claro la cuestión; claramente aquí existe una responsabilidad política de quienes tienen la obligación de "dar la cara" y hacerse cargo de sus actitudes y procederes; elementos éstos que en los últimos tiempos vengo poniendo seriamente en dudas.
Ignacio, nunca "he escondido la cabeza como el avestruz" y, por lo tanto, no rehuyo al diálogo, a la confrontación y menos aún al disenso. Siempre voy a estar dispuesto a ello y sin lugar a dudas a no "bajar los brazos" frente a estas situaciones que, de tan bajas, ni resultan agraviantes pero sin son peligrosas. Ya hace más de sesenta días que vengo soportando distintos tipos de afrentas personales; tal vez piensen que de esta forma podrán minar mi tolerancia y pretenden amedrentarme. Pero, con cada uno de sus actos me siento cada vez más motivado de seguir adelante. Recién se están dando cuenta que además,también "muerdo".
No deseo abundar en mayores detalles, porque no vale la pena. De todos modos, ya vamos a encontrar muchos momentos para conversar e intercambiar pareceres.
Quedo a tu disposición y te saluda como siempre:
José Luis Rigazio
No hay comentarios:
Publicar un comentario